viernes, 22 de enero de 2010

LA ALEGRÍA DE VIVIR DE LOS IMPRESIONISTAS DE MAPFRE Y EL CRIMEN DE PICASSO

En la FUNDACIÓN MAPFRE DE MADRID se acaba de inaugurar una gran exposición IMPRESIONISMO. UN NUEVO RENACIMIENTO DE LA PINTURA que ha hecho disfrutar a todos y levantar el ánimo a los más depresivos y mirar la vida como un regalo de alegría y optimismo: la joie de vivre, la alegría de vivir. ¿Qué consiguió el Impresionismo? Que incluso a los no amantes de la pintura y a los no entendidos del arte les gustaran, les encantaran y les deleitaran las pinturas de los impresionistas.

Los pintores impresionistas se aproximaron a la naturaleza, llegando a pintar al “aire libre” y a prescindir de los tonos heredados del academicismo (negros, marrones oscuros). Buscaron también una pintura verdadera, que reflejara el instante, entendiendo por tal, la conjunción del tema, la luz, los valores atmosféricos del instante, valorando no el relieve si no el destello, lo cual les condujo con frecuencia a cierta disolución de la forma en el color, en la luz y a casi siempre dar una intensa vibración a los tonos que les condujo a un nuevo Renacimiento de la Pintura y, sobre todo, a una visión del mundo y de la vida como "alegría de vivir".

La técnica impresionista trata de plasmar la impresión coloreada, la sensación que recibe el ojo al contacto con la luz.

Los impresionistas tratan formas y colores a partir de la visión directa, intentando desprenderse de convenciones aprendidas. Para ello utilizan una técnica de pinceladas cortas y perceptibles, de pequeños puntos y comas. La luz, que baña todos los objetos, disuelve los contornos.

Como lo que a estos maestros impresionistas les interesa es el haz vibrante de las cosas, sus cuadros carecen de un asunto principal, no existe un tema grave o principal o una filosofía en común entre ellos. Esta es una gran diferencia con la pintura anterior, no hay selección de tema, todos los campos, todos los rincones urbanos o naturales pueden ser tema de tratamiento artístico, porque todos están modelados por la luz, que es el protagonista único de sus obras.

Sus obras marcan un deseo por agradar al observador, por representar motivos amables, tomados de la vida cotidiana y desprovistos de cualquier carga de dramatismo, siendo su principal preocupación el estudio del paisaje y de la figura humana dentro de este paisaje sometida a los diferentes efectos de la luz.

Hay en los impresionistas un interés por la representación de nuevos temas, absolutamente ajenos a las grandilocuentes composiciones históricas que promovía la academia, en él el tema parece surgir de una sintonía muy personal con la alegría de esos personajes de procedencia modesta que acuden los días festivos a lugares de esparcimiento muy populares. El optimismo que transmiten en sus obras hace que personajes y paisajes se integren en un todo amable, carente de transiciones bruscas.

La captación de los efectos que la luz produce sobre el cuerpo humano es una preocupación constante en la obra de los impresionistas. La introducción de personajes en la vegetación les sirve para componer una vibrante armonía de sombras coloreadas.

¿Qué pasó después de esta alegría de vivir? Que llega Picasso, descoyunta la representación figurativa, descoyunta el arte, lo quiebra, lo resquebraja, lo descompone a cuchilladas y comete un crimen. A los cubistas con Picasso a la cabeza, se les unen los expresionistas con su visión angustiosa, negra y existencial de la vida y matan la alegría de vivir de los impresionistas. Y un nuevo pesimismo invade al espectador de la pintura.


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