domingo, 11 de septiembre de 2011

LA LUZ DE UNA BODA MARAVILLOSA, celebrada el 9 de septiembre de 2011.






El pasado día 9 de septiembre de 2011 nuestra familia celebró la BODA de mi hermano Luis d’Ors con Isis Abellán, una bella y dulce mujer. La boda se celebró en el SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA FUENSANTA en Murcia, uno de los lugares más emblemáticos, bellos y luminosos para celebrar esta sagrada unión.
La BODA fue maravillosa y llena de esplendorosa LUZ. LUZ en el rostro feliz e ilusionado de los contrayentes. LUZ en el bellísimo vestido blanco, velo y larguísima cola de la novia y en el luminoso ramo de rosas blancas. LUZ en la soleada tarde murciana a los pies del santuario y en el dorado y florido interior barroco. LUZ y sonrisa permanente en los invitados de novia y novio. LUZ en el rostro emocionado del hermano sacerdote del novio, Pablo, que esperaba pacientemente en el altar la llegada de los novios. LUZ en las caras emocionadas de Esperanza, la madrina y José, el padrino. LUZ en el organista que esperaba impaciente la orden de tocar. LUZ en los rostros de los hermanos, Mauricio, Carlos, Alfonso y Juan que esperaban nerviosos para cantar el bellísimo villancico del siglo XV de Michael Praetorius “Es ist ein Ros entsprungen”. LUZ dulce en el rostro de una flor, Rosa, la madre de la novia. LUZ en la celestial homilía del sacerdote Pablo. LUZ y claridad en las voces de Ainhoa y Mónica que hicieron las lecturas y las preces. LUZ en el emocionado canto tembloroso de Carmen, la abuela de la novia, en la SALVE A LA VIRGEN DE LA FUENSANTA:
“Divina flor de las flores/ corona de las estrellas/ lucero claro y divino/ luna clara y siempre llena. Sois Virgen de la Fuensanta/ aquella rosa primera/ que subió a gozar del Cielo/ sentada a la mano diestra.
LUZ Sagrada en el “Sí QUIERO” de los novios. LUZ de Unión en el tembloroso y emocionado acto de colocar los anillos. LUZ en el casto beso de los novios recién casados. LUZ en los rostros alegres de los esposos al disponerse a salir de la Iglesia y recibir la luminosa lluvia de arroz.


LUZ en la explanada y escalinata del luminoso atardecer sobre la fachada del Santuario. LUZ y sonrisas en las poses para las fotos y videos de los familiares y amigos de los esposos. LUZ en el esplendoroso vestido largo verde-hierba satinado de mi esposa Virginia y en el luminoso rubio de su dorado pelo. LUZ en la media sonrisa de Olaya mientras mi hermano Alfonso la cogía con sabiduría en sus brazos.
LUZ de las velas en el ajardinado Restaurante Estudio en donde se celebró el cocktail-cena y el baile. Luz en las camareras que elegantemente de negro servían las luminosas y cristalinas copas y viandas. LUZ en el rostro iluminado y eternamente sonriente del acordeonista búlgaro Tosho, mientras iba de mesa en mesa tocando y cantando. LUZ en el brillo plateado del traje y corbata del novio, y el inmaculado blanco de la novia mientras bailaban un vals.

LUZ en las siluetas de los novios que se reflejaban en la acequia del jardín del restaurante. Y, en fin, Luz de la Luna que, casi llena, sonreía cómplice a los recién casados en la límpida noche murciana.

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