martes, 22 de noviembre de 2011

LA SUPUESTA "ANTIPATÍA" DE EUGENIO d'ORS.


Eugenio d'Ors, en el centro de la foto, disfrazado de Goethe, en casa de Aurora Lezcano, en Madrid en el comienzo de los años cuarenta.

Lo de que Eugenio d'Ors era un hombre antipático es un infundio que se ha extendido (seguramente procedente de Josep Pla, entre otros) a mi modo de ver con total injusticia. Tal vez no se comprenda bien su compleja y poderosa personalidad.

Yo afirmo que Eugenio d’Ors no era para nada un hombre antipático; más bien, al contrario: era un hombre profundamente sociable y amigable. Lo prueban sus cartas y fotos que demuestran que tuvo muchos amigos a lo largo de su vida y participó en numerosas tertulias. Era un hombre sencillo pero que reivindicaba el esfuerzo, la creatividad y la aristocracia de la inteligencia y de la cultura, no la del vivir.

Lo que ocurre es que era un hombre irónico y “que nadaba contra corriente” y luchaba contra los tópicos y convencionalismos de la gente. Tal vez fuera también por decirlo así "poco diplomático" y “poco correcto políticamente hablando” y nada "acomodaticio" a las modas y "a los poderes políticos y a las fuerzas vivas". Yun luchador nato "contra el mal gusto".

Y naturalmente, antidemocrático: más cercano a lo jerárquico de la autoría que a lo democrático del vulgo. Que es bien distinto. Y esa ideología puede hacerle parecer "antipático".

viernes, 18 de noviembre de 2011

TRESEDITORES, un hito en la bibliografía de la ilustración.




TRESEDITORES ha supuesto todo un hito en la bibliografía de la ilustración actual.


Treseditores (Mauricio d'Ors, Adriana Huarte y Carmen Ballvé) es un sello editorial que ha apostado por el librito ilustrado, siempre a dos tintas, sin texto, sobre lugares emblemáticos de España, de momento (la Plaza de Cibeles, El Rastro, La Gran Vía, el Museo del Prado, la Plaza de Oriente, en Madrid y, ahora va a salir publicado, el Museo Thyssen; o la Plaza de Toros de La Maestranza, de Sevilla, o el Parc Güell y La Sagrada Familia, en Barcelona) de pequeño formato cuadrado (16x16) e imagen circular de cubierta. Para estos libritos ha incorporado un equipo con los mejores ilustradores españoles actuales: Juan Berrio, Arturo Redondo, Alfredo, Enrique Flores, Miguel Navía, Javier Zabala, Jorge Arranz, Lapin, Sonia Pulido y varios más que irán dándonos cuenta de su maestría de ilustradores...), y dando así a luz verdaderas joyas bibliográficas como El Rastro (de Alfredo), La Gran Vía (de Miguel Navía), La Maestranza (de Arturo Redondo), La Sagrada Familia (de Lapin), el Parc Güell (de Sonia Pulido), el Museo Thyssen (de Jorge Arranz) o La Plaza de Oriente (de Juan Berrio).


Mirar para sentir estos lugares como inolvidables souvenires del dibujo y del arte con el personal estilo de sus ilustradores.

domingo, 13 de noviembre de 2011

¿Pero quién demonios es... SARA MORANTE?





















SARA MORANTE (Torrelavega, Cantabria, 1976) es una de las más grandes ilustradoras en la actualidad. A pesar de dibujar desde pequeña, tal vez la consagración de su arte le haya llegado este año 2011 con sus 35 años de edad. Los cinco libros que ha ilustrado en estos últimos meses así lo atestiguan y son cinco obras maestras de la ilustración: La hija del cazador, de Pilar Adón (Ed. La Bella Varsovia), el Diccionario de literatura para snobs, de Fabrice Gaignault, (Editorial Impedimenta), el poemario Señal de Raúl Vacas Polo (Editorial Mundanalrüido), La flor roja de Vsevolod Garshin, (Ed. Nevsky Prospects), verdadera joya de la ilustración, y, por último, esa maravilla que son las ilustraciones para Los zapatos rojos, de Hans Christian Andersen (otra vez para la Editorial Impedimenta).
Sara Morante ha dibujado toda su vida y uno de los regalos que recuerda con más cariño fue a los cinco años, en una Nochebuena, una libreta de dibujo, lápices y una goma de borrar. Su madre solía contar que Sara de pequeña era perezosa y no quería aprender a leer porque decía que "mirando los dibujos ya le servía para entender la historia”. Con 10 años ilustraba hasta los deberes de matemáticas y sus comentarios de texto siempre llevaban portadas dibujadas por ella. Pero le costó decidirse y dedicarse profesionalmente a la ilustración (estuvo trabajando como administrativa durante 10 años), aunque siempre estuvo vinculada al arte, bien formándose o bien realizando proyectos personales. Finalmente fue un profesor suyo de litografía quien le inclinó y le descubrió su vocación.
El impulso de crear ilustraciones es para Sara una inquietud, una necesidad imperiosa de dar rienda suelta a su imaginación. Utiliza sólo dos colores: el rojo y el negro, y sus variantes de matiz. Eso se debe a su experiencia con la litografía y la necesidad de economizar las tintas, si bien la utilización sólo de estos dos colores le ayuda a concretar y esencializar, y le permite recrearse en texturas y otros ornamentos, dejando que el color rojo resalte aquellas partes que conviene destacar del resto. El rojo es para la artista el color perfecto; es el color de la sangre, allá donde esté la sangre: desde el rubor de unas mejillas, el rojo de unos labios, la sangre de una herida o el rojo del corazón en el sentimiento. Aunque dice admirar a artistas como Toulouse-Lautrec o Egon Schiele, sus fuentes inspiradoras pertenecen, según la propia ilustradora, más a un amplio espectro de imágenes de artistas e ilustradores “anónimos” de grabados o aguadas sobre seda japoneses, en los retablos medievales, en los códices árabes, en los carteles modernistas, de tikets de guardarropías o zapateros, de postales, en etiquetas de café antiguas, en vitolas de puros… .
Las ilustraciones de Sara Morante representan una manera trascendente de mirar al mundo y mirar las historias que ilustra, de ver lo que sucede en las historias de los libros como ella las ve y le gustaría que las vieran los demás, recreándolas con su estilo personal e inconfundible y extendiendo con estas ilustraciones el placer de una lectura más allá del libro, metamorfoseando y metaforizando las imágenes que representan estos dibujos. En sus ilustraciones se vislumbra cierto componente de inquietud en lo que pasa o se representa, de extraña pesadilla casi onírica que dotan a sus ilustraciones de un aire surrealista evocando a Delvaux, a Magritte o a Frida Kahlo, e incluso a Ops, aunque en su ingenuidad nos hagan pensar lejanamente en Rosseau, “el Aduanero”.


viernes, 11 de noviembre de 2011

CHARLOTTE PLAYER y el irresistible encanto de sus fotos de caballos y juventud gitana irlandesa.

Llenas de encanto son las fotografías de la exposición Gipys Gold en la Sala Patio Valverde, 30 de Madrid que se inauguró el pasado jueves día 10 de noviembre de la joven y notable fotógrafa irlandesa Charlotte Player. Sus fotos en blanco y negro respiran un de aire de familia en domingo o de vacaciones en las que jóvenes mujeres, muchachos o niños montan en caballos, yeguas, carros o poneys sobre ríos, caminos, campos, carreteras o en ferias de pueblos y aldeas con un irrresistible encanto de fotos de los años cincuenta o sesenta.





















































El encanto de estas bellas fotografías reside en que, aunque sus modelos- jóvenes gitanos rubios irlandeses, muchachas y muchachos, algunos niños también- posan para la fotógrafa, las fotos tienen paradójicamente un aire antiguo de ingenua espontaneidad y, son tan vivas que, a pesar de ser en blanco y negro, nos olvidamos al contemplarlas con deleite de este aspecto. Incluso algunos de estos caballos evocan en su postura al Velázquez de El Conde Duque de Olivares a caballo. Charlotte Player nos ha traído a estas jóvenes muchachas y muchachos adolescentes y niños gitanos rubios trashumantes hasta aquí ofreciéndonoslos en la montura y el trote de sus caballos en sus maravillosas fotos". Preciosa exposición.

























viernes, 4 de noviembre de 2011

A vueltas con RITA GLYNDAWOOD: Homenaje.




Todos los días me desayuno con los diseños, collages, vestidos y "artísticas ocurrencias" de Rita GLYNDAWOOD. Y ese hambre de lanzarse al mundo, cual Mary Poppins de hoy, con alegría, colores y explosiva imaginación me penetra y me llena de ilusión, color y vida. Hoy, día 4 de noviembre, mi santo, San Carlos Borromeo, quiero rendir un Homenaje a esta mujer a la que admiro aunque no conozco. Gracias por tu arte, Rita.






Un rendido admirador.

jueves, 3 de noviembre de 2011

TÍMIDOS ANÓNIMOS, humor blanco y candoroso encanto en un romance amoroso de dos tímidos chocolateros.

Rodada con aire de fábula sobre la timidez casi decimonónica, la película Tímidos Anónimos se desarrolla en torno al azaroso periplo de dos tímidos chocolateros y su historia de amor. La propuesta del talentoso director Jean-Pierre Améris acuña ese modelo de sentimentalismo cómico bastante ingenuo pero encantador (lo veíamos en la reciente y estupenda también Silencio de Amor) tan en boga ahora y siempre en el cine francés.






"Tímidos anónimos" es una comedia romántica a su manera porque la sostienen dos individuos inadaptados, dos amantes excéntricos y asociales con problemas de comunicación extremadamente básicos que se comprenden por eso. En torno a estos dos personajes singulares construye Jean Pierre Améris la dinámica causa-efecto del film rompiendo moldes: no en vano las situaciones que alimentan el romance, los avatares sentimentales que conducen al previsible éxtasis amoroso son cualquier cosa menos lo que entendemos por “románticas”. La originalidad de esta película reside en la pintoresca naturaleza de extrema timidez de los enamorados.Y ése es el secreto de esta encantadora comedia: la química de dos estupendos actores, Poelvoorde e Isabelle Carré muy metidos en su papel, magistrales en sus respectivos personajes. En tono amable e ingenuo, con un humor blanco muy francés con buenas dosis de encanto, Tímidos anónimos te toca la fibra del sentimiento humano por la imperfección crónica de sus protagonistas, por la humanidad quebradiza y neurótica de dos amantes con los que te identificas sin esfuerzo. Es esa empatía entre el dúo protagonista y el espectador la carta mejor jugada por Améris. El encanto reside en la sencillez de la historia, diríamos que infantil conducta en ocasiones (los sucesivas cambios de camisa del protagonista Jean René en el restaurante Delicatessen, los episodios en el hotel de Rouen con empapado de lluvia incluida, o ese final de la película, con la escapada de los novios de la iglesia en que van a casarse corriendo por la infinita carretera) así lo demuestran. Améris concilia amable candor y olfato comercial de manera magistral.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

CARLOS SAENZ DE TEJADA triunfa en la pasarela del MUSEO ABC.


El París de los años treinta y la elegancia de la moda es lo que Carlos Sáenz de Tejada dibuja y protagoniza con espléndido “glamour” y refinada elegancia en los más de trescientos dibujos que se exponen en la pasarela de la gran exposición con la que el Museo ABC de Dibujo e Ilustración celebra su primer aniversario: un fascinante recorrido por el lujo, la elegancia y la sofisticación del exquisito trabajo de este corresponsal del dibujo gráfico.
La mujer que encuentra Sáenz de Tejada en París tiene mucho de femme fatale. Fuma, hace deporte, va a cócteles y a fiestas, sus faldas se acortan, su melena también... Desaparecen las curvas. Triunfa la androginia y la esbeltez. Es una nueva mujer delgada y estilizada que reivindica su papel más allá de fiel y abnegada esposa y madre. Pero el crack del 29 oscurece ese París multicolor. Con los treinta nace una nueva femineidad. La mujer se apodera del pantalón, no falta en su armario el little black dress (el socorrido vestido negro), vuelven a alargarse las faldas, la cintura recupera su sitio, se ensanchan los hombros, se estrechan las caderas y se destapa la espalda, bronceada gracias a los nuevos trajes de baño y nuevo icono erótico. La moda se democratiza y con ello la seda deja espacio al raso. Lo sintético entra en nuestras vidas.
Y en los salones de moda más selectos de París es habitual la presencia de Carlos Sáenz de Tejada. Es uno de los nombres propios más destacados de la Colección ABC: atesora entre sus fondos más de 900 dibujos, de los que 775 son de moda. Una selección de tres centenares de ellos, además de piezas que generosamente ha cedido en depósito al Museo ABC la familia Sáenz de Tejada. A partir de 1931, sus diseños ilustraron semanalmente las páginas de ABC y Blanco y Negro, que daban buena cuenta de las novedades de los talleres de costura parisinos. Pero también colaboraba en importantes revistas internacionales como «Vogue», «Jardin des Modes», «Femina», «Harper's Bazaar», «Ladie's Home Journal»...
Por sus páginas desfilan las sosies (antecedentes de las actuales top models): mujeres lánguidas, altas, estilizadísimas (¿una talla 36?), luciendo trajes de Vionnet, Lanvin, Worth, Paquin, Patou, Chanel o Schiaparelli; sombreros de Suzanne Talbot, Le Monnier o Caroline Rebout, y lencería de Lucien Lelong o Cadolle. Muchos años antes de que se hablara del front row(selecta primera fila en los desfiles por la que muchos matarían por estar), Sáenz de Tejada ya era testigo privilegiado en los salones de costura de París. Hace maravillosos dibujos en tinta china, grafito, gouache o acuarela sobre cartulina de las modelos que ha visto desfilando. Pero él quiere contarnos una historia. Para ello las sitúa en magistrales composiciones en las más diversas escenografías: en la playa, en cacerías, haciendo deporte, montando a caballo, en fiestas, acompañadas muchas veces de aristocráticos perros... Su trabajo tiene mucho de cinematográfico.
Hace 80 años, nuestras abuelas vieron estos dibujos en ABC y Blanco y Negro. Ahora vuelven a ver la luz. Es la primera vez que se exponen estos originales. Llama la atención su perfecto estado de conservación. Viéndolos de cerca se aprecia lo minucioso que era en su trabajo: cada detalle, cada adorno, cada minuciosa y sutil pincelada. Muchos de estos dibujos —distribuidos entre paredes, vitrinas y tableros azules (a lo tableros de costura) sobre caballetes— tienen anotaciones del propio Sáenz de Tejada. Junto a algunos, en blanco y negro, vemos pruebas de color que él mandaba a las publicaciones para que se colorearan en imprenta. Y, como en todo desfile que se precie, pone la guinda la novia. Se cierra esta espléndida exposición con una selección de vestidos de novia.

Fascinante exposición que es obligatorio ver para dibujantes e ilustradores, para todas las mujeres y para los amantes de la moda, y que reivindica a uno de los mejores dibujantes del siglo XX.

martes, 1 de noviembre de 2011

Un paraíso reencontrado de la elegancia y del glamour en el vestir: Yves Saint Laurent.



La "glamourosa" Virginia Silva Zavaleta visitando la gran exposición en la FUNDACIÓN MAPFRE del "glamouroso" Yves Saint Laurent.

La retrospectiva del artista y diseñador Yves Saint Laurent propone una visión completa de 40 años de creación que resumen 150 modelos de alta costura y prèt-a-porter, además de 80 dibujos, fotografías y películas. La Fundación Mapfre presenta esta exposición en colaboración con Fondation Pierre Bergè-Yves Saint Laurent.


La muestra presenta cronológicamente la evolución del diseñador desde sus comienzos en Dior con la famosa colección Trapèze hasta el esplendor de sus trajes de noche con un apoteosis de colores y de creaciones que ubican su obra en el presente. Los fundamentos del estilo de Yves Saint Laurent están presentes en la exposición. Fue el primer diseñador en querer vestir a la gente de la calle, pero también la "la misteriosa mujer de nuestros sueños", por ejemplo, la misteriosa e inquietante Catherine Deneuve de "Belle de jour". Su particular proceso creativo puede contemplarse en esta exposición a través de bocetos y dibujos realizados a mano por el artista antes de abordar todos los pasos que permiten la ejecución final de cada modelo y los trozos de tela con sus texturas y colores correspondientes. Fascinante exposición. Un montaje deslumbrante que culmina con la sala de "El último Baile " al son de música de ópera y un impresionante panel en rojo y negro del fotograma del baile en El gatopardo viscontiano. ¡Un paraíso reencontrado de la elegancia y del glamour en el vestir!¡Genial YVES!