martes, 22 de noviembre de 2011

LA SUPUESTA "ANTIPATÍA" DE EUGENIO d'ORS.


Eugenio d'Ors, en el centro de la foto, disfrazado de Goethe, en casa de Aurora Lezcano, en Madrid en el comienzo de los años cuarenta.

Lo de que Eugenio d'Ors era un hombre antipático es un infundio que se ha extendido (seguramente procedente de Josep Pla, entre otros) a mi modo de ver con total injusticia. Tal vez no se comprenda bien su compleja y poderosa personalidad.

Yo afirmo que Eugenio d’Ors no era para nada un hombre antipático; más bien, al contrario: era un hombre profundamente sociable y amigable. Lo prueban sus cartas y fotos que demuestran que tuvo muchos amigos a lo largo de su vida y participó en numerosas tertulias. Era un hombre sencillo pero que reivindicaba el esfuerzo, la creatividad y la aristocracia de la inteligencia y de la cultura, no la del vivir.

Lo que ocurre es que era un hombre irónico y “que nadaba contra corriente” y luchaba contra los tópicos y convencionalismos de la gente. Tal vez fuera también por decirlo así "poco diplomático" y “poco correcto políticamente hablando” y nada "acomodaticio" a las modas y "a los poderes políticos y a las fuerzas vivas". Yun luchador nato "contra el mal gusto".

Y naturalmente, antidemocrático: más cercano a lo jerárquico de la autoría que a lo democrático del vulgo. Que es bien distinto. Y esa ideología puede hacerle parecer "antipático".

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