jueves, 12 de septiembre de 2013

Una tablita maestra de FATTORI: LA ROTONDA DE LOS BAÑOS PALMIERI. (dedicado a mi padre, Juan Pablo d'Ors, que en paz descanse).

Hemos visitado en la FUNDACIÓN MAPFRE de Recoletos, en Madrid la deliciosa exposición de LOS MACCHIAOLI italianos. Junto a obras maestras de Silvestro Lega (La limosna, La visita o El canto de un Stornello), de Giuseppe Abbati, o de Telemaco Signorini, hay un artista que destaca entre todos por la inteligencia y modernidad de su arte: Giovanni FATTORI. Y, sobre todo, hay una tablita minúscula (12,5 x 35 cm) que ya a mi abuelo Eugenio y, sobre todo a mi padre, y luego a todos nosotros nos entusiasmaba: La rotonda dei Bagni Palmieri, de 1866. Mi padre hizo pintar en los comienzos de los años 70 de la pasada centuria una copia a un copista del óleo sobre tabla al doble (25 x 70 cm) de las dimensiones de esta obra maestra que fue colocada en nuestra casa veraniega de la Ermita de San Cristóbal en Vilanova i la Geltrú.  Así que desde adolescente, he podido disfrutar "en cierto modo" de la visión de esta tablita; para mí una de las más queridas de la historia de la pintura. 



 La rotonda de los Baños Palmieri  es una de las obras maestras de la pintura italiana y fue pintada por el pintor de Livorno, Giovanni Fattori, que perteneció a la corriente artística que se desarrolló en Toscana de los Macchiaioli ,  representantes del Realismo impresionista en Italia . Es una tablita de reducidas dimensiones (12,5 x 35 cm), óleo sobre tabla, pintada en 1866, que se puede contemplar en la Gallería d’Arte Moderna de Florencia: otro motivo más para viajar a la inolvidable e inmortal “ciudad de las flores”.
 Vemos un grupo de mujeres, de clase media, burguesas probablemente, sentadas en la rotonda de la casa de baños Palmieri, en el paseo marítimo de Livorno , a la sombra de un toldo amarillo ocre. Cada mujer es sorprendida en una actitud diferente. El color está dispuesto en planos horizontales, y la imagen puede ser claramente dividida en secciones, a partir de la parte inferior: playa, mar, una visión de las montañas, el cielo de un azul pálido, el toldo amarillo. Las siluetas de estas mujeres burguesas están claramente definidas, con toques de color y las caras de perfil o de espaldas sin rostro, son anónimas, prestándose una gran atención a la yuxtaposición de colores complementarios, utilizándose los colores puros. El pintor no utiliza muchos tonos diferentes, centrándose en una reducida gama de colores.
Existe una  estructura clasicista del dibujo lineal y colorista: la construcción formal se basa en el equilibrio de color, los trazos son precisos y equilibrados gracias a las relaciones de color son las siluetas de estas damas apaciblemente sentadas cuyo volumen se pone de relieve por la luz que viene del mar.

Hay un aire que nos evocara a la pintura primitiva de Piero della Francesca o de  Fra Angelico . La tabla tiene un formato horizontal alargado, acentuada por la profunda inmensidad del horizonte. El paisaje  de fondo es simple: un área sombreada que se destaca claramente del azul intenso del mar, rodeado por la silueta oscura de la roca y el blanco brillante del cielo.
Las figuras en contraluz dan una mágica sensación de vitalidad y de inmediatez, pero en realidad en la base de la obra hay un estudio minucioso y detallado de la composición de las figuras en silueta, recortadas por planos de color uniformes y complementarios. Es una magistral obra que al tiempo da una sensación de inmediatez en la escena pero de eternidad en el asunto. Obra maestra que nos hace “sentir” y “pensar”: nos produce emoción al corazón y proporciona pensamiento al cerebro. 
Y deliciosa y viscontiniana exposición de los Machiaoli


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