Hemos visitado en la FUNDACIÓN MAPFRE de Recoletos, en Madrid la deliciosa exposición de LOS MACCHIAOLI italianos. Junto a obras maestras de Silvestro Lega (La limosna, La visita o El canto de un Stornello), de Giuseppe Abbati, o de Telemaco Signorini, hay un artista que destaca entre todos por la inteligencia y modernidad de su arte: Giovanni FATTORI. Y, sobre todo, hay una tablita minúscula (12,5 x 35 cm) que ya a mi abuelo Eugenio y, sobre todo a mi padre, y luego a todos nosotros nos entusiasmaba: La rotonda dei Bagni Palmieri, de 1866. Mi padre hizo pintar en los comienzos de los años 70 de la pasada centuria una copia a un copista del óleo sobre tabla al doble (25 x 70 cm) de las dimensiones de esta obra maestra que fue colocada en nuestra casa veraniega de la Ermita de San Cristóbal en Vilanova i la Geltrú. Así que desde adolescente, he podido disfrutar "en cierto modo" de la visión de esta tablita; para mí una de las más queridas de la historia de la pintura.
La rotonda
de los Baños Palmieri es una de las obras maestras de la
pintura italiana y fue pintada por el pintor de Livorno, Giovanni Fattori, que perteneció a la corriente artística que se desarrolló en Toscana de los Macchiaioli , representantes del Realismo impresionista en Italia . Es una tablita de
reducidas dimensiones (12,5 x 35 cm), óleo sobre tabla, pintada en 1866, que se
puede contemplar en la Gallería d’Arte Moderna de Florencia: otro motivo más
para viajar a la inolvidable e inmortal “ciudad de las flores”.
Vemos
un grupo de mujeres, de clase media, burguesas probablemente, sentadas en la
rotonda de la casa de baños Palmieri, en el paseo marítimo de Livorno , a la sombra de un toldo amarillo ocre. Cada
mujer es sorprendida en una actitud diferente. El color
está dispuesto en planos horizontales, y la imagen puede ser claramente
dividida en secciones, a partir de la parte inferior: playa, mar, una visión de
las montañas, el cielo de un azul pálido, el toldo amarillo. Las siluetas de
estas mujeres burguesas están claramente definidas, con toques de color y las
caras de perfil o de espaldas sin rostro, son anónimas, prestándose una gran
atención a la yuxtaposición de colores complementarios, utilizándose los
colores puros. El pintor no utiliza muchos tonos diferentes, centrándose
en una reducida gama de colores.
Existe una estructura clasicista del dibujo lineal y
colorista: la construcción formal se basa en el equilibrio de color, los trazos
son precisos y equilibrados gracias a las relaciones de color son las siluetas
de estas damas apaciblemente sentadas cuyo volumen se pone de relieve por la
luz que viene del mar.
Hay un aire que nos evocara a la pintura primitiva de Piero della Francesca o de Fra Angelico . La
tabla tiene un formato horizontal alargado, acentuada por la profunda
inmensidad del horizonte. El paisaje de fondo es simple: un área sombreada que se
destaca claramente del azul intenso del mar, rodeado por la silueta oscura de
la roca y el blanco brillante del cielo.
Las
figuras en contraluz dan una mágica sensación de vitalidad y de inmediatez,
pero en realidad en la base de la obra hay un estudio minucioso y detallado de
la composición de las figuras en silueta, recortadas por planos de color
uniformes y complementarios. Es una magistral obra que al tiempo da una
sensación de inmediatez en la escena pero de eternidad en el asunto. Obra maestra
que nos hace “sentir” y “pensar”: nos produce emoción al corazón y proporciona pensamiento
al cerebro.
Y deliciosa y viscontiniana exposición de los Machiaoli.
Y deliciosa y viscontiniana exposición de los Machiaoli.
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