viernes, 1 de noviembre de 2013

LA VIDA DE ADÈLE: Una Cicatriz en nuestro Corazón herido por un Amor imposible.

LA VIDA DE ADÉLE:

Las dos grandes películas que a mi juicio hemos visto este año 2013 son también dos de las más amargas películas de los últimos tiempos: RENOIR y LA VIDA DE ADÉLE.  En RENOIR, la amargura provenía de la decadencia física (una feroz y dolorosa artrosis) y el final de una gloriosa vida de un gran pintor dedicada a la pasión de pintar el sensual, luminoso, rosado y turgente cuerpo de mujeres jóvenes y hermosas, mientras en LA VIDA DE ADÉLE, la amargura proviene del volcánico y obsesivo amor sexual de una joven y adolescente Adéle por Emma, otra mujer artista de atractivos cabellos azules, que cristaliza en una ruptura con un inevitable y fatal desenlace que desembocará en la amarga soledad de la protagonista Adéle. 

La apasionante y apasionada interpretación de ambas actrices, con unos primeros planos constantes de ojos y bocas de las jóvenes protagonistas, así como las amargas y continuas lágrimas durante todo el largo metraje (179 minutos) de la desencantada  e infeliz Adéle producen un desasosiego en el espectador pocas veces vivido en el cine. La escena de la joven llorando desconsoladamente por las calles nocturnas, después del reencuentro con Emma y la definitiva e inevitable ruptura en el café, es de una amargura casi "hipercardíaca" y, en donde yo hubiese hecho finalizar el film. 

Aunque LA VIDA DE ADÈLE trate de una relación lésbica y recurra de un modo tenue a las dificultades sociales y psicológicas que la homosexualidad conlleva (manifestado magistralmente, por ejemplo, en las escenas de la comida de ambas jóvenes con los tradicionales padres de Adéle o en la denuncia de algunas de las compañeras de estudios de la joven), la película trata primordialmente de hacernos vivir la imposibilidad de un amor basado fundamentalmente en el sexo. La cinta resulta muy amarga por su escepticismo en la creencia de un amor apasionado y continuado de raíz sexual durante toda nuestra existencia. 

Si bien el film puede parecernos a ratos largo y hasta ligeramente tedioso, tal vez sea necesaria esa lentitud  para hacernos sufrir el paso lento de la inmadurez apasionada de Adéle por la posesión y entrega a su amada Emma hasta el fatal e inevitable paso a la madurez amarga y solitaria de la primera. 

La película nos plantea , acaso no intencionalmente, varias interrogantes que vienen a ser una sola: 
-¿Es imposible el AMOR puramente SEXUAL?, o, mejor y más ampliamente, ¿es imposible el AMOR entre dos personas del MISMO SEXO? O, más concretamente, ¿es inviable el AMOR CONYUGAL entre dos personas de la MISMA ORIENTACIÓN SEXUAL?

La importancia de esta película radica en que no podemos decir que hemos visto una película (en el sentido de verla en una pantalla), sino que hemos vivido y sentido los sufrimientos de ambas protagonistas como propios. Pocas veces hemos vivido y sentido la amargura, desasosiego y desconsuelo protagonizado por la escalofriante vivencia de estas dos extraordinarias actrices: Lea SEYDOUX y, sobre todo, Adèle EXARCHOPOULOS (siempre en pantalla), perseguidas y acosadas hasta la extenuación por la cámara del gran Abdellatif KECHICHE, dejándonos un poso de amargura imposible de olvidar y una cicatriz en nuestro corazón herido.  Gran y trascendente película en la historia del cine, aunque quizá no llegue a obra maestra en el plano artístico. 








No hay comentarios:

Publicar un comentario